Hace pocos años, pensé que podía tenerlo todo. Esposa, madre, trabajo, belleza, un nuevo bebé, casa limpia, comida en la mesa, dinero, universidad… me siento exhausta recordando…
Tres años más tarde me miré al espejo y vi que sí lo tenía todo. Una mujer puede lograr todo lo que se propone. Pero había una tristeza en mis ojos. Vi que sí estaba dando mi vida, pero no por mi familia, sino por mí. Les gritaba a mis hijos y me frustraba con mi esposo porque no ayudaba. Estaba cansada y no tenía vida para dar por nadie. Estaba en modo de sobrevivencia.
Entonces decidí amar de verdad y con obras. ¿Qué necesitaba hacer para amar a mi familia de verdad? Dios no quiere que hagamos todo, quiere que amemos como Él lo hizo; que cada acción que tomemos esté envuelta de amor. Ahora que empezamos el año, es un buen momento para plantearnos estas preguntas. ¿Estamos dando nuestra vida por aquellos que están cerca de nosotras? ¿Estamos amando con acciones o con palabras? ¿Qué cosas en nuestra rutina son un obstáculo para dejarnos amar?
Te pedimos Señor, ilumina nuestra mente. Que este nuevo año muramos en esas partes de nuestra vida que nos impiden amar, y que tengamos el camino abierto para poder amar más profundamente a aquellos en nuestro camino.
Natalia DuTeau fue una joven rebelde a quien Jesús conquistó y le cambió la vida. Ahora es una maestra licenciada convertida en mamá “homeschooler” (escuela en casa). Junto a su esposo Americano, intentan criar a sus 4 hijos bilingües y biculturales transmitiendoles la cultura latina viviendo en el norte de GA. Puedes encontrarla hablando en español mientras hace caminatas por el bosque con sus niños, tomando café (después de todo es colombiana), leyéndole a sus pequeños, bailando, o cantando y tocando guitarra.