“Hija, ten confianza; tu fe te ha curado” (Mt 9, 22)
En el evangelio de hoy, escuchamos la historia de dos relaciones de padre-hija. El oficial de la sinagoga, que San Marcos y San Lucas nos dirán que se llama Jairo, se acerca a Jesús para pedirle un milagro para su hija. Empezamos viendo lo que un padre bueno está dispuesto a arriesgar por el bien de su pequeña. En medio de esta historia, leemos de este milagro “inesperado” en el cual Jesús sana a esta mujer que sufría de un trastorno hemorrágico, por lo que fue marginada en su sociedad, durante doce años. Jesús no sólo la sana, sino que la llama “hija”. Ya no es una marginada, sino Suya.
Como una persona que ha tenido la bendición de tener un padre increíble, he caminado con la confianza de que no importa lo que suceda en mi vida, mi padre estará ahí para mí. Crecí en una situación como la hija de Jairo: incluso hasta el día de hoy, mi madre y mi padre oran por mí todos los días y dejarían cualquier cosa por estar ahí para mí y mis hermanas. Sé que esa no es la situación de muchas de las mujeres hermosas en mi vida. Tienen relaciones muy complicadas o nulas con sus padres y han tenido que buscar la sanación de esas heridas para poder aceptar el amor paternal de Dios.
Lo asombroso que nos muestra el evangelio de hoy es que no importa cuál sea nuestra situación familiar, Jesús viene a nosotras y trae sanidad más allá de lo que podemos imaginar y nos llama “hija”.
Señor, ayúdame a aceptar mi condición de hija. Por el poder de tu Espíritu Santo, que esta aceptación de que soy tu hija me ayude a confiar en que eres mi Padre perfecto, amoroso y deseas mi bien.
Christy Vaissade creció en Brooklyn, Nueva York, hija de padres inmigrantes de la República Dominicana. Ha sido el deseo personal de Christy traer a otros a conocer la misericordia y el amor de Dios que ha cambiado y está cambiando su vida desde la joven edad de trece años. Christy es maestra de teología de secundaria, catequista, y cantora en su parroquia local. Ella y su esposo, Michael, viven en Nueva Jersey con su cachorro Pembroke Welsh Corgi, Daisy. Le encanta cocinar, ir al gimnasio, y pasar tiempo con sus sobrinos y ahijados.