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Hace unos días recibí un mensaje de una persona que estaba luchando con una enfermedad, y a pesar de que ya le habían operado dos veces las cosas no parecían que iban a mejor. En el mensaje decía: “A pesar de momentos de incertidumbre por este tema, en cuanto levanto mi mirada a Jesús, Él me restablece en la paciencia, y en la confianza no en que esto se complique, sino en que pase lo que pase “todo estará bien”. Por eso, yo estoy expectante en este curioso regalo, para confiar en que siempre Él nos da un bien mayor.”
Os cuento esto porque el Evangelio de hoy habla de pedir, de llamar, de buscar y de dar, de abrir, de encontrar. Pedimos a Dios muchas cosas y a veces no responde a nuestras preces de la manera en la que queríamos. Lo importante es ser paciente en el proceso pero con la mirada siempre puesta en Dios. A veces Dios no nos da lo que pedimos cuando se lo pedimos, a veces tarda un poco y otras lo cambia por algo mejor. Este es [parte del] gran misterio de la fe.
Tenemos al Dios de lo imposible enamorado de nosotras, por eso no nos cansemos de soñar y de esperar. Jesús nos recuerda que siempre un paso lo doy yo, y otro la Gracia. Yo pido, busco, llamo; y la Gracia da, abre y encuentra.
Atrévete a pedirle a Dios cosas grandes, sueña mucho, y espera en Él.
Elisa Gómez es una joven mitad española y mitad portuguesa que ha sido transformada por el amor. Es la mayor de 5 hermanos y está estudiando Derecho y Relaciones Internacionales. Tiene una gran pasión de ayudar a los demás y dedica gran parte de su tiempo al voluntariado. Le fascina la belleza de cada atardecer y la música. Al igual que “el amor le explicó todo”, quiere llevar ese amor a todos los que le rodean.