“Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.” (Juan 11, 25)
Hace un año ya, el Señor me llamó a seguirle a través de las estaciones de la cruz. En mi parroquia tenemos colocadas las estaciones de la cruz en las paredes de la iglesia y cada una presenta un símbolo. Cuando me preguntaron si podría leer una oración, dije que sí, pero sin ganas. Creía en el Señor, pero no lo conocía.
Cuando llegamos a la octava estación, la que me fue designada, sentí una tristeza grande. Pronto lo veremos, hermanas: la octava estación es cuando Jesús consuela a las hijas de Jerusalén. Para resumir, en ese entonces, después de leer la oración, me di cuenta de que Jesús, aunque estaba en mucho dolor y sufriendo en ese entonces, nos hace recordar que Él sufrió y murió para nosotras, Sus hijas.
El amor del Señor era un concepto raro para mí, porque he escuchado al padre y a los hermanos de la fe hablar que tan grande es el amor de Jesús. Pensaba que era el mismo amor que un padre tiene a su hijo, o un esposo que tiene hacia su esposa. Pero el amor del Señor es más grande. Su Hijo murió para nosotros. Creo que ni mis padres ni mi esposo serían capaces de morir para mí, aunque me aman tanto. No como Jesús.
Empecé a llorar lágrimas de tristeza porque tardó 22 años para que entendiera el significado de mi fe. ¿Dónde estaba Él cuando sufría unos pocos años atrás? ¿Por qué ahora?
Hermanas, es porque Dios nos llama en Su momento. Nuestra fe es la cura, la sanación. Es poderosa, hermanas. Jesús está vivo, y está siempre presente frente a nosotras, incluso en la Eucaristía. Él nos llama por un propósito y en Su momento.
Oremos: Jesús, hágase en mí según Tu voluntad.
// Idalia tiene 23 años de vida y actualmente está en el servicio al Señor. Es catequista para los jóvenes de 12-13 años y le apasiona enseñar sobre la Iglesia. Es nacida en Canton, Georgia, y su origen es de Guatemala. En adición de inglés y español, también habla dialecto. Es mamá de un perico y pronto tendrá una gatita. Recientemente se graduó de la universidad de Kennesaw en Kennesaw, Georgia. Recibió su bachillerato en inglés, con una concentración en literatura y escritura. Su camino con el Señor empezó este año, durante el tiempo de la cuaresma. Le encanta leer y pasear en la naturaleza en su tiempo libre. Reside en Canton, Georgia con su familia.