“El Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.” (Mateo 6, 8)
Qué bonita la invitación del Señor a nosotras hoy: que descansemos en Su presencia. No hacen falta muchas palabras para que Él nos escuche. Es nuestro Buen Padre, quien nos conoce íntimamente, quien ya sabe lo que necesitamos, aún antes de que se lo pidamos, como nos dice en el Evangelio.
Y Jesús, nuestro Maestro, nos enseña hoy a orar con una oración que seguramente sabemos muy bien y que para muchas hemos aprendido de pequeñas. Pero hoy, hermanas, nos invito a meditar detenidamente con esta oración, a pararnos en cada expresión, incluso cada palabra, donde el Espíritu nos inspira y nos guía. No hacen falta muchas palabras, sólo un corazón abierto y los oídos atentos.
Padre nuestro…
¡Abbá! ¡Padre! Eres mi Padre y yo soy Tu hija amada. Que pueda ver a mi prójimo como Tu hijo amado también.
Que estás en el cielo…
Dónde los coros de ángeles te alaban sin cesar, que ya me concedes saborear en la Eucaristía, donde Tú me acercas amorosamente y te entregas a mí.
Santificado sea Tu nombre…
Por Tu gran bondad conmigo, que te pueda alabar y bendecir con mi vida, en cada momento, por pequeño que sea.
Venga a nosotros Tu reino…
Que podamos vivir ya la alegría del cielo aquí en la tierra, incluso en medio del sufrimiento.
Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo…
Dame la gracia de decir como María nuestra Madre, “Hágase en mí según Tu Palabra.”
Danos hoy nuestro pan de cada día…
Que en esta cuaresma yo aprenda a vivir no sólo de pan, sino de Tu Palabra.
Y perdona nuestras ofensas como también perdonamos a los que nos ofenden…
Ayúdame a tener la humildad para reconocerme pecadora y perdonar de corazón a aquellos que me han hecho daño.
No nos dejes caer en la tentación…
Está conmigo Señor en mis momentos débiles, para encontrar mi fuerza en Ti y para que no vaya buscando Tu amor en lugares equivocados.
Y líbranos del mal…
Yo soy pequeña, y Te necesito, Señor. Tú ya has vencido al mal, no tengo nada que temer si estás conmigo.
Amén.
// Ashleigh Ladner es hermana, amiga, madrina, tía, y profesora de secundaria, y sobre todo, hija amada de Dios. Originalmente de New Orleans, Louisiana, actualmente está viviendo en Madrid, España. Le encanta viajar y conocer lugares nuevos, leer, un buen expreso, y los girasoles. Sus modelos a seguir en la vida incluyen santa María Magdalena, san Ignacio de Loyola, san Juan, y santa Teresa de Jesús.