“Que sea lo que Dios quiera.” ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? La decimos frecuentemente sin pensar lo que significan estas palabras. Existen ocasiones en las cuales podemos decir esta frase para lavarnos las manos de cualquier responsabilidad o distanciarnos de alguna situación. Hoy el salmo responsorial nos invita a reflexionar. Nos dice que “Los proyectos de Dios duran por siempre; los planos de su amor, todos los siglos” (Salmo 32).
Entiendo que esto puede ser como abrir la caja de Pandora. Porque incluso, el salmo también nos dice “Frustra el Señor los planes de los pueblos”. Todas tenemos deseos y peticiones que quizás no se han cumplido y no entendemos por qué no encajan con los planes de Dios. En vez de dejarnos abatidas y frustradas, Él extiende su mano y nos invita a una intimidad más profunda en su misericordia. Nos invita a “sus planos de amor”. En este espacio podemos entregarle todo nuestro corazón con los regalos que nos ha dado y los que queremos un día obtener. Podemos decirle cuánto nos duele lo que pasó o lo que no ha pasado. Cuando participamos activamente, dejamos que el Espíritu Santo transforme nuestra visión de la voluntad de Dios.
El Espíritu Santo nos va enseñando a discernir. En algunos casos, debemos prepararnos intencionalmente; mientras que en otros, nos invita a aceptar que Él tiene algo mejor o quizás sea una oportunidad para discernir si ese plan es verdaderamente lo que queremos. Con humildad, tenemos que confiar que los planes del Señor son de amor y que duran por siempre. No podemos creer la mentira de que el Señor retiene las bendiciones que tiene para nosotras.
Señor, tus proyectos duran por siempre. Tus planes siempre son de amor y para nuestro bien. Conforma nuestros deseos, planes y proyectos a tu santa voluntad. Muéstranos, Señor, tu misericordia. Que nuestra vida sea lo que tu quieras.
Joanna nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Le encanta la belleza y es dueña de una tienda de prendas católicas llamada Jésed & Company (https://www.jesedandco.com). Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. Próximamente, va a servir como misionera con NET Ireland. Para apoyarla en la misión haz click aquí (https://www.netministries.ie/missionaries/joanna-valencia).