"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"
Cristo nos invita a ser honestas con nosotras mismas y con Él. No importa dónde me encuentre en la vida y cómo vea al Señor, Él nunca cambia. Cristo es todo lo que necesitamos y más. Su amor y misericordia no dependen de nuestros sentimientos (¡bendito sea!).