“La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de las mies que envíe trabajadores a sus campos.’ (Lucas 10, 2)
¡Feliz día de San Lucas! San Lucas es conocido por haber escrito uno de los Evangelios. Él era griego y gentil, entonces en su Evangelio encontramos un enfoque en la evangelización de los gentiles: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de las mies que envíe trabajadores a sus campos” (Lc 10, 2). Hace hincapié en la misión de los setenta y dos discípulos: Jesús los llamó a que fueran delante de Él, evangelizando y preparando Su camino, llevando nada con ellos. San Lucas nos recuerda que tenemos que ser evangelizadoras y trabajadoras en los campos de Dios.
Si Jesús te llamara a dejar todo: tu casa, tu ropa, tu familia, tus amigos, tu trabajo, tu comodidad, ¿lo harías? ¿A qué aferrarías? ¿Qué quisieras llevar contigo? Parece ilógico, pero cuando nos rendimos a Jesús y confiamos todos nuestros deseos, preocupaciones y posesiones, aunque nos vaciamos y nos abandonamos a Él, no nos quedamos tristes o vacías. A lo contrario, Él nos llenará con Su paz para hacer Su voluntad, aquella paz que nadie nos puede quitar: “Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes cumplirá; si no, no se cumplirá” (Lc 10, 6). Abandonarte a Jesús no significa renunciar, sino que le das a Él todo lo que tienes, todo lo que eres y todo lo que harás para Él, con Él y en Él.
Mi amigo me recomendó que hiciera la Novena del Abandono unas semanas atrás, y he sentido mucha paz después de mucho tiempo de estar ansiosa por querer controlar todo y aferrarme a aquello que no es Dios. Cada día repitiendo la frase: “¡Oh Jesús, me abandono a Ti, ocúpate Tú de todo!” diez veces ha sido transformativo, cada vez diciendo la frase y teniendo más fe (“Cómo rezar la Novena del Abandono”). Primero necesitamos una relación con Jesús, luego un abandono que trae paz y después ir en misión, en ese orden.
Hermana, empieza a rezar esta novena hoy y verás los frutos que Él producirá en Sus campos.
San Lucas, ¡ruega por nosotras!
// Alexandra Geigel vive en Centreville, Virginia y tiene padres de Guatemala y Puerto Rico. Estudia español en la universidad y es líder de un grupo de estudio bíblico para mujeres universitarias. Le encanta leer la biblia, escribir historias y tocar su ukelele. Lo más importante para ella es su fe católica y quiere que todas las personas conozcan el Corazón de Jesús a través de una relación personal con Él y devoción a la Eucaristía.