LECTURAS DE HOY AQUÍ
Feliz Pascua, hermana.
Una de mis amigas me envió un video de TikTok que, en una manera divertida, señalaba lo ocupados que estaríamos durante la Semana Santa con la Misa del Domingo de Ramos, el Jueves Santo, el Viernes Santo, la Vigilia Pascual y, por supuesto, la Misa del Domingo de Pascua. Después le comenté, “Y nena, tenemos que agregar ir a confesarnos y dirigir el Viacrucis!” El video fue un sonido de una entrevista de Lady Gaga, y ambas nos reímos de lo realmente ocupadas que estaríamos durante la semana y lo que parecía ser más importante: encontrar lo que nos íbamos a poner para cada evento y con qué zapatos.
Para celebrar, mi parroquia tiene un hermoso coro bilingüe, tenemos a nuestros cinco sacerdotes y tres diáconos celebrando, y el altar está lleno de flores. Y como es tradición, las familias se regocijaron con una cena de Pascua meticulosamente planificada y se aseguraron de que las tradiciones se compartieran a los niños de la familia. Pero de repente…se acabó. Toda la planificación, toda la conmoción para asegurarse de que las liturgias fueran perfectas, el estrés de encontrar estacionamientos en el estacionamiento de la iglesia demasiado lleno, y planchar los outfits perfectos para publicar la foto de la familia en Pascua se terminó. Y les confieso que me quedo hasta triste, que pasó tan rápido.
Sin embargo, el Señor nos recuerda que no es sólo un Domingo de Pascua, ni siquiera sólo una Semana Santa, sino que el Señor nos regala todo un tiempo litúrgico de Pascua, y aún más en cada una de las Eucaristías celebradas, seguiremos celebrando la gran victoria, la Resurrección.
Cuando mi amiga me mandó el divertido video, desperdicié el momento para en vez de quejarme y decir, “´Sí, ¡qué bueno por nosotras que hacemos o cumplimos con todo!”, debería recordarnos que es nuestro privilegio acompañar al Señor y celebrar estar en el equipo ganador.
En cada momento que tú y yo sentimos el frío del viento, el calor del sol que el Creador nos regaló, o la alegría de cada nueva mañana, recordemos la resurrección y que “somos el pueblo de Pascua y aleluya es nuestra canción”, tal como dijo San Juan Pablo II.
Jocelyn Tejeda ama el Sagrado Corazón de Jesús y a Nuestra Señora de Guadalupe. Jocelyn es nativa de San Diego, con raíces familiares en Oaxaca, México. Estudió Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad de California, Irvine. Ella trabaja en el Ministerio Juvenil en su parroquia natal, respaldada por Los Eudistas - Congregación de Jesús y María. Le encanta ser hija, hermana, madrina, y tía. Su pasatiempo favorito es viajar, ya sea por aventuras, misión o especialmente para asistir a los eventos de lucha libre, WWE.