LECTURAS DE HOY
¿Quiénes irán al cielo? Esta ha sido una pregunta que me ha perturbado por muchos años, y aún me sigue causando ansiedad. ¿Qué pasará cuando me muera? Mi deseo es poder ir al cielo y adorar a Dios por toda la eternidad. Quiero llegar a ese lugar donde no haya muerte, dolor, enfermedades; solamente alegría y eterna paz. Pero a la misma vez sé que soy pecadora y no merezco estar en Su presencia. Voy a confesarme, y luego vuelvo a cometer los mismos pecados. Soy tan débil e imperfecta. Jamás seré suficiente para estar ante alguien tan perfecto como Él.
Pero el evangelio de hoy me causa tanta paz. Jesús nos dice que el que cree en Él tendrá vida eterna. Como católicos, creemos en la fe y los actos para la salvación. Por esto Jesús no para ahí. Él continúa diciéndonos que Él es el pan que ha bajado del cielo, y que el que coma de este pan vivirá para siempre. Es verdad que soy imperfecta y que no soy digna de estar en la presencia de Dios. Él ya sabe esto. Pero su amor es tan grande que nos mandó a su hijo para establecer el sacramento de la santa eucaristía, y gracias a este enorme regalo, Él nos ha dado la capacidad de convertirnos en dignos de tener la vida eterna.
Cada día que voy a misa, recibo esas gracias especiales que me quitan el poder para pecar. Este pan me hace más fuerte en el amor por Jesús. Este pan me da superpoderes para poder amar y sufrir más con y por Jesús. Este pan me da la gracia para resucitar con Él, y morir lentamente, misa tras misa, a mis pecados. Por esto, con Su gracia, al participar en cada eucaristía poco a poco estoy transformando mi ser para guiarme a la vida eterna; para un día poder estar para la eternidad junto con el tesoro más grande que mi corazón anhela: Jesús.
Hermana, te invito a reflexionar en este mensaje que nos da Jesús hoy, y acordarte que cada vez que recibes su cuerpo puedes acercarte más y más a la vida eterna a través de las gracias de este sacramento.
Señor, te pido que nos ayudes a tener mayor disposición en nuestro corazón para recibirte, y así recibir todas las gracias que nos quieres entregar al comer tu sagrado cuerpo.
Natalia DuTeau fue una joven rebelde a quien Jesús conquistó y le cambió la vida. Ahora es una maestra licenciada convertida en mamá “homeschooler” (escuela en casa). Junto a su esposo Americano, intentan criar a sus 4 hijos bilingües y biculturales transmitiendoles la cultura latina viviendo en el norte de GA. Puedes encontrarla hablando en español mientras hace caminatas por el bosque con sus niños, tomando café (después de todo es colombiana), leyéndole a sus pequeños, bailando, o cantando y tocando guitarra.
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