Las lecturas del día de hoy hablan de las bienaventuranzas.
Estas tienen que ver con el esfuerzo, la prueba en la tentación y el sufrimiento. Pero al otro lado de la dificultad de la que se trate, hay una bendición. Dios hará todo bueno de nuevo.
Hay muchas veces que en lo personal se me ha hecho difícil vivir esta verdad. Sé que Dios no miente, sé que Él es estable. La inestable a veces soy yo.
Estos últimos días he pasado por pruebas y por momentos de sufrimiento que parecían no acabar. Me sentía muy inestable. Llegué a dudar un poco sobre la fe que pensaba tener en el Señor. Mi mundo se volvió, como dice la expresión, “de patas para arriba”.
Sin embargo, al leer las lecturas del día de hoy, se me vino un pensamiento a la mente, “¿Por qué no oro con las Escrituras más?
Lo digo porque mis consolaciones, mayormente, llegan por medio de leer las Escrituras. En algunos de los momentos más difíciles de mi vida, leer la Palabra de Dios es lo que me ha calmado. Ha habido varias veces en las que leo algo y veo que Dios me está respondiendo exactamente lo que necesito escuchar en ese preciso momento. A veces me quedo en shock.
Hermanas, hoy Jesús nos dice, “Dichosos los que lloran, porque serán consolados”. (Mateo 5, 4) ¿Qué más fácil sería nuestro dolor si en vez de quedarnos en nuestro mundo hecho “de patas para arriba”, abrieramos la Palabra de Dios y dejáramos que Él, por medio de su Palabra, entre a nuestro mundo y lo haga otra vez bueno con su paz?
Dulce Aguirre creció como católica “por cultura” y se encontró, dulcemente, por primera vez cara a cara con el Señor durante un ensayo en el coro de su parroquia a la edad de 14 años. Ha sido la única católica practicante en su familia desde ese tiempo (hasta hace poco). Su modo de oración favorito es cantar y tocar la guitarra. Le encanta caminar en los parques y ver la belleza de la naturaleza, especialmente sentir el aire bajo la sombra de los árboles. Sus santos favoritos son Padre Pio, Santa Faustina, San Rafael Arcangel, Santa Hildegarda de Bingen y San Ignacio de Loyola.