Acaba de terminar mi última clase del día y mis estudiantes ya se han ido. Suena mi telefono. Es la alarma recordándome de rezar el Memorare , como tengo la costumbre de hacer todos los días a esa hora, pero estoy agotada, tengo tantísimas cosas en la cabeza, tantísimas cosas que todavía tengo que hacer antes de ir a casa… Si estoy siendo honesta , lo primero que me apetece es sentarme en mi escritorio y pasar un rato scrolling por las redes sociales, como si me fuera a dar el descanso que tanto anhelo.
Y una tras otra vez que recurro a otra cosa que no sea Cristo cuando siento que no puedo más, acabo más inquieta, más cansada, más… vacía.
Pero las veces que vuelvo mi corazón a Jesús en la oración es cuando encuentro descanso de verdad porque, como dijo San Agustin, "Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón estará inquieto hasta que encuentre descanso en ti."
Sólo Él me puede llenar el vacío en mi corazón cuando nada más me satisface. Es a Él quien estoy buscando en realidad cuando busco descanso y sosiego ; y al fondo, cuando busco ser amada de verdad.
El Buen Pastor ya nos está esperando con los brazos abiertos. Ya sabe lo que nos hace falta.
Hermana, en el Evangelio de hoy Jesús nos invita a acercarnos a Él en la oración. Donde estimes. Justo como estemos. Te invito a rezar tal como nuestro Maestro nos enseñó: con el Padre Nuestro. Détente en cada palabra. Disfruta de estar con Él, sencillamente, sin muchas palabras, y al mismo tiempo, llena de Su presencia.
Ashleigh Ladner est hermana, amiga, madrina, tía, y profesora de secundaria, y sobre todo, hija amada de Dios. Después de unos años viviendo en España, ha vuelto a sus raíces en New Orleans, Louisiana. Le encanta viajar y conocer lugares nuevos, leer, un buen espresso, y los girasoles, y sus modelos a seguir en la vida incluyen santa María Magdalena, san Ignacio de Loyola, san Juan Evangelista, y santa Teresa de Jesús.