“Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios.” (Juan 1, 14 & 12)
Hace unos meses tuve la oportunidad de formar parte de un grupo de músicos que dio un concierto de alabanzas en una iglesia local. Allí conocí una canción del grupo “Caín” que ha sido interpretada en español titulada “Bendecido Soy”. El mensaje de esa canción tiene que ver con el mensaje de las escrituras de hoy: La bendición más grande que hemos recibido es ser llamadas hijas de Dios.
La canción me recuerda que en días buenos y en días malos yo soy hija de Dios. Es un mensaje del cual nunca me canso de aprender y reaprender vez tras vez. Siempre lo entiendo de una manera nueva dependiendo de lo que esté pasando en ese momento en mi vida.Y esta es la verdad que encontré dentro de esa canción hace meses y que encuentro en las Escrituras de hoy.
El saber que soy hija de Dios ha cambiado el paisaje de mi vida. El saber que puedo caminar en gozo y confianza por quien soy en Él hace todos los días mejores. Sé que si soy hija de Dios, soy eternamente amada y todo lo que pase en cada día es parte de la providencia y voluntad de Dios. Por eso no hay nada que temer. Puedo tener la seguridad de que mi Padre Dios camina conmigo. Soy la amada del Padre y puedo confiar que Él es quien Él dice que es. Y le doy gracias a Dios por su Hijo porque sé que el privilegio de ser llamada hija de Dios es por lo que Jesús hizo en la cruz por mi y por ti, hermana.
Es así que, en los buenos días y en los malos días, alégrate de quién eres: hija de Dios. Dios Padre provee, salva, y está con nosotras. Él es Emmanuel, y somos tan bendecidas de vivir en esta realidad. Por eso, cuando la tentación de dudar quien eres quiera llegar a tu vida, pon en alto la canción “Bendecido Soy”, y acuérdate que tú, mi hermana, eres bendecida e hija de Dios todos los días.
// Claudia Rodriguez vive en Arizona trabajando como maestra de inglés. En su tiempo libre la pueden encontrar en casa cocinando, limpiando, y escuchando libros de audio. Le encanta juntarse con sus amistades, jugar juegos, leer y escribir ensayos y poesía. Es Dios su todo y todo es para Dios.