LECTURAS DE HOY
Cuando vamos caminando por el sendero de la dificultad, es común que no podamos percibir la realidad completa. La pena, el dolor, la confusión y la desilusión son a veces tan grandes, que nos nublan la vista. Nos resulta casi imposible ver más allá de lo que estamos padeciendo. Es difícil percibir la presencia de Dios con nosotros cuando estamos en pleno sufrimiento.
Los discípulos que caminaban hacia Emaús estaban tan acongojados por lo ocurrido que no pudieron percatarse de que Jesús recorría con ellos aquel mismo camino. Pero Él, que conocía bien lo que sufrían sus corazones, estuvo con ellos hasta que, poco a poco, se dieron cuenta de Su presencia.
Dicen que la vida sólo se comprende plenamente en retrospectiva. Y es que casi nunca podemos apreciar la realidad completa en el momento en que la vivimos. El Evangelio de hoy me recordó que aunque en situaciones de sufrimiento no podamos percatarnos inmediatamente de la compañía de Jesús, Él, de hecho, va caminando a nuestro lado; acompañándonos, sosteniéndonos y encendiendo poco a poco nuestros corazones hasta que nos demos cuenta de Su presencia.
Hermanas, Nuestro Señor Jesús no es nunca ajeno a nuestras penas. Las conoce a detalle, las sufre con nosotras. El nuestro, es un Dios personal y cercano que camina a nuestro lado. En la vida es inevitable el sufrimiento, pero el saber que no lo experimentamos solas, a pesar de la apariencia del momento, es sin duda un consuelo divino. Alegrémonos como aquellos discípulos al saber que es Cristo quien camina con nosotras.
Teresa Salmerón nació en la Ciudad de México, donde creció en una familia católica practicante y donde formó la suya propia. Ha tenido la oportunidad de vivir en varios países como Chile, Venezuela, México y Estados Unidos. Actualmente reside en Ohio, donde ha vivido desde hace 11 años y donde trabaja como traductora y maestra de español. Teresa tiene 3 hijos adultos a los que ama profundamente. Dos de ellos acaban de recibir el Sacramento del Matrimonio. Para Teresa es muy importante crecer en su relación con Dios: ha sido catequista y actualmente facilita el estudio Bíblico de un grupo de mujeres de su parroquia. A Teresa le gusta mucho bailar, leer, cocinar y convivir con su familia y amigos; y se siente profundamente agradecida por el infinito amor de Dios.