Mientras asisto fielmente a Misa domingo tras domingo y trato sinceramente de caminar con nuestro Señor, puedo cansarme como lo hicieron los israelitas en la lectura de hoy. Escucho la palabra de Dios y recibo la Eucaristía pero la gratitud que una vez sentí se ha ido de mi corazón. Sintiéndome agobiada por las preocupaciones de la vida cotidiana, me quejo y pregunto por qué Dios parece tan lejano. Sin embargo, Dios provee.
Incluso en nuestros peores fracasos y desilusiones, Dios provee. Dios ofrece la curación de nuestras heridas, su amistad para nuestra soledad y la fidelidad de su cruz a cambio de nuestra infidelidad. Dios no siempre elimina las fuentes de nuestro sufrimiento, pero hace el camino con nosotros, brindándonos lo que más necesitamos, si miramos en la dirección correcta.
Lani Bogart aprendió por primera vez sobre el catolicismo mientras servía con su familia en Guatemala como misionera evangélica (1990 - 1996). Recientemente se mudó con su esposo diácono a Houston, TX. Allí,está rodeada por sus hijos adultos y nueve nietos y encuentra alegría en todas las cosas verdes y florecientes.