El salmo de hoy me impacta muchísimo. Escucho esta plegaria a Dios como si fuese la mía. Me hace recordar cuando, hace un par de años, buscaba y discernía mi próximo trabajo. Estaba recién graduada de la universidad y lista para salir al campo laboral y, de cierta manera, poner mi granito de arena en cambiar el mundo. Después de semanas de oraciones que se sentían ignoradas, recuerdo clamar a Dios y decir esas mismas palabras: “¡Despierta, despierta!” (Salmo 43, 24). Recé esta oración en mi corazón desesperada y llena de angustia.
De cierta manera, expresarme así con el Señor fue muy bueno porque me ayudó a ser honesta y vulnerable. Pero la verdad es que parte de esa oración venía de la falta de confianza en que Dios es bueno. Yo, con un corazón afligido, le preguntaba, “¿Por qué te nos escondes? ¿Por qué olvidas nuestras tribulaciones y miserias?” (Salmo 43, 25) sin entender que en realidad Jesús, quien se murió por mi, no se esconde o se duerme, y mucho menos cuando lo necesito.
El Evangelio de hoy revela la verdad: Cuando le pedimos al Señor que nos cure y que nos ayude con un corazón rendido y lleno de confianza, le damos espacio para que Él trabaje. Jesús, como en el Evangelio, siempre nos dirá “!Si, quiero: sana!” (Marco 1, 41). Él, por Su infinita misericordia, quiere nuestro bien, pero sin ansiedad y desesperación. Quiere que nosotros cuando le pedimos cosas le hablemos aferradas a esa realidad.
Cuando miro hacia atrás y veo a la muchacha quien le rogaba a Jesús para que acelerara Su plan, veo que Él nunca estaba dormido. Porque me quería tanto, permitió que esperara y se purificara mi corazón. Me quería más que una circunstancia difícil. Él fue, y es, paciente y fiel. Eventualmente conseguí trabajo pero por pasar por esa época con Él también aprendí a aferrarme a la verdad que Él es un buen Dios y quiere lo mejor para mí.
// Joanna nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. Próximamente, va a servir como misionera con NET Ireland. Para apoyarla en la misión haz click aquí (https://www.netministries.ie/missionaries/joanna-valencia).