LECTURAS DE HOY
La divina providencia del Señor nunca falla. Mi alma estaba esperando el sacramento del matrimonio con mucho anhelo. Para mí, recibir el sacramento marcaría el fin de una temporada muy larga y el principio de un nuevo capítulo de mi vida. Es por eso que cuando finalmente llegó el momento de elegir la fecha para nuestra boda, elegimos la más cercana. Planeamos todo en tres semanas y aun así todo salió perfecto. Fue un sueño realizado. Cada cosa que necesitamos se nos concedió de manera divina.
Cada detalle fue proveído de manera sobrenatural. Todo, comenzando desde mi vestido, las flores, el comedor donde tuvimos nuestra recepción, hasta la música y los fotógrafos, se me concedió por obra del Espíritu Santo. Fue increíble lo hermoso que estuvo todo el día de nuestra boda. Después de muchos días de lluvia, el sol apareció de manera esplendorosa. La música que tocaron durante los rituales de la misa fue elegida para serenarme el alma ese día tan especial.
Cuando le entregamos todas nuestras necesidades al Señor, Él siempre nos bendice con su divina providencia. Ninguna necesidad es muy grande ni muy pequeña para nuestro Señor. Aunque nos enfrentemos a necesidades que nos parezcan imposibles de resolver, recuerda que para el Señor nada es imposible. El Señor que le dio de comer a cinco mil personas con cinco panes y dos pescados nos alimenta a nosotras también con lo que más necesitamos. Encomiéndate hermana a Jesús, a su divina misericordia y a su divina providencia.
Brenda Pineda reside en el sur de California con sus 3 hijos y su esposo. Es una Health y Life coach certificada. Actualmente por obra del Espíritu Santo trabaja para su Iglesia Parroquial. Sus pasiones incluyen el desarrollo personal y espiritual, la salud holística, y ayudar a los demás a encontrarse con ellos mismos y con Dios. Aparte de pasar tiempo de calidad con su familia (su lenguaje de amor), su pasatiempo favorito es compartir lo que Dios está obrando en la vida con una buena amiga mientras disfrutan una tazita de té.