Soy la persona más terca que conozco. Si me hace enojar alguien, si me lastima alguien, quiero ir días con rencor sin perdonarle. Pero un don que Dios me ha dado es que después de muy poco tiempo enojada, ya me siento mejor y no quiero seguir con ese peso del rencor. Mis emociones cambian. La mente no cambia…quiero seguir enojada, pero ya no puedo.
Al reflexionar en esta gran bendición, después de más de veinte años siendo así, me di cuenta de que eso es solamente la mitad de lo que es perdonar. Jesús en el Evangelio de hoy nos dice que tenemos que perdonar a nuestro hermano setenta veces siete. Y no sólo eso – tenemos que perdonar de corazón.
¿Setenta veces siete? Yo, fácilmente, puedo perdonar para no sentirme mal. Pero eso es para mí. El perdonar de corazón viene de la humildad – de querer lo mejor para la otra persona. El orgullo es algo que se me hace difícil dejar a un lado. Ahorita que tengo mejor relación con Dios, estoy trabajando en perdonar a personas por cosas de hace años.
El Señor nos ama y quiere sanar el corazón para que podamos perdonar de corazón. El Señor quiere darnos todas las herramientas para hacer lo que nos pide. Por eso nos mandó su Espíritu Santo. Pero tenemos que abrir nuestros corazones a Él, a su Espíritu, y al perdón para poder después perdonar de corazón.
Este tiempo de cuaresma es un tiempo de sacrificios. Usa este tiempo para reflexionar en los que te han dañado. Los que te han causado problemas o traumas. El rencor – la venganza – no te va a sanar. Sólo Dios puede. En esta cuaresma, practica el sacrificio del orgullo y del rencor para poder abrir tu corazón y recibir la sanación de Dios. Y así ser capaz de perdonar de corazón a tu hermano.
Jacqueline Sevier es de Tyrone, GA. Está esperando, con mucha emoción, su boda el año que viene. Aunque creció en escuelas católicas, no fue hasta finales de su tiempo en universidad que tuvo una conversión de corazón, y empezó a redirigir su vida hacia Dios. Es cantante y canta en el coro de su parroquia, donde conoció a su futuro esposo. Ha aprendido mucho de la comunidad hispana de su parroquia, que apenas empezó a conocer cuando conoció a su novio. En su tiempo libre, le gusta sentarse en un café tomando un cafecito, cocinar con su novio, comer tacos, y cantar (siempre).