“Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue lo que le fue dicho de parte del Señor” (Lucas 1, 45)
La llamada de Dios era clara, pero me costaba tanto responder. Amaba mi trabajo, había luchado tanto por conseguirlo. Ser maestra bilingüe en el colegio de mis hijas era mi sueño hecho realidad. Todo lo que había estudiado, todo lo que había vivido en carne propia criando a mi familia bilingüe se manifestaba en este trabajo. Pero en lo más profundo de mi alma, Dios me pedía que renunciara a mi trabajo y que me quedara en casa para educar a mis hijos.
Hay una homilía conocida de San Bernardo de Claraval (1), en el que nos invita a meditar en la anunciación. El ángel le acaba de anunciar a Maria el plan del Señor, y Maria aún no había contestado. Entonces dice, “También nosotros, los condenados infelizmente a muerte por la divina sentencia, esperamos, Señora, esta palabra de misericordia. Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librados si consientes”. Entonces Adán, David, Abraham, y todos los ancestros le suplican a Maria que por favor acepte el plan de Dios.
Gracias a que Maria humildemente le dijo que “si” al ángel, todos podemos disfrutar de la salvación y unirnos a Jesús para redimir al mundo en Su plan divino. Por eso, Él nos habla cada día, y nos pide que lo ayudemos, susurrandonos con Su tierno amor a los más profundo de nuestro corazón. Él nos creó, nos hizo únicas con un plan irrepetible que sólo nosotras mismas podemos alcanzar. Para que este plan divino, que liberará a otras almas oprimidas, Él nos creó. Y nos pide, como a Maria, que colaboremos con Él para prenderle fuego al mundo con Su amor. Pero Él respeta nuestra libertad, no nos quiere obligar, porque desea crecer en una relación de amor mas intima con nosotras en este proceso. Pero con nuestro “si”, cosas maravillosas podrían pasar, si nos animamos.
Hermana, ¿qué es eso que te está susurrando Jesús en lo más profundo de tu corazón? ¿Qué te está pidiendo que hagas? ¿Estás dispuesta, como Maria, a darle tu “sí”? Imaginate, todos los santos en el cielo te están suplicando que lo consideres, porque sin tu respuesta Dios no podrá hacer las maravillas que tiene planeadas.
Maria, Mamá, tú estabas tan confundida y llena de temor ese dia, pero dijiste que “si”. Ayúdame, en este momento, a responder con facilidad y humildad a lo que sé claramente que Dios me está pidiendo. También quiero ser parte de Tu hermoso plan de salvación, quiero destacarme en lo que fui creada para ser. Por favor, mamá, quita de mi camino y mi alma egoísta los obstáculos que no me dejan responder con libertad. Ayúdame a decir contigo, “Si, hágase en mí según tu palabra”.
// Natalia DuTeau fue una joven rebelde a quien Jesús conquistó y le cambió la vida. Ahora es una maestra licenciada convertida en mamá “homeschooler” (escuela en casa). Junto a su esposo Americano, intentan criar a sus 4 hijos bilingües y biculturales transmitiendoles la cultura latina viviendo en el norte de GA. Puedes encontrarla hablando en español mientras hace caminatas por el bosque con sus niños, tomando café (después de todo es colombiana), leyéndole a sus pequeños, bailando, o cantando y tocando guitarra.