Mis sentidos se deleitaron con la belleza del enorme ramo de rosas. No sólo eran de un color rojo muy hermoso, sino que también los pétalos eran más suaves que las mejillas de un bebé y emitían una fragancia celestial. Mi vecina católica, al enterarse de que estaba enferma, me las había traído. En respuesta, encontré en mi biblia la oración que María hizo cuando visitó a su prima Isabel, leyéndola en voz baja. No sabía nada de términos como “Anunciación” ni "Visitación”, pero me encantaban las escrituras y después de leer la oración de María susurré, "Gracias, María, por darnos esta hermosa oración".
El evangelio de hoy es perfecto para la solemnidad de la Anunciación porque nos revela a María como la Madre de Dios. Cuando Jesús venció a la muerte quiso compartir Su victoria con todos los que están "en Cristo". Su madre, cuyo "sí" hizo posible que Cristo viviera entre nosotros, es la primera en ser llevada al cielo. Y a lo largo de los siglos ha conducido a tantas otras almas, incluida la mía, más cerca de su Hijo.
Antes de esa oración inicial de agradecimiento a María, había estado sirviendo a Dios como misionera a tiempo completo con mi familia durante varios años. Mi corazón había estado clamando por una relación más cercana con Jesús. No sabía que me estaba perdiendo todo lo católico, incluso el mayor regalo de Jesús en la Eucaristía. Sin embargo, María ya lo sabía. Y tan pronto como le hice una pequeña abertura, ella suavemente me hizo consciente de su presencia y me llevó más cerca de su Hijo.
Hermana, ¿has experimentado un toque de María en tu vida que te ha acercado a Jesús? Ya sea que hayas sido consciente o no de su ayuda, es bueno y justo agradecerle su “sí” al traernos a Jesús.
Te invito a rezar con nosotras esta sencilla oración: María, elevada al cielo, sé Madre para mí hoy.
// Casada en 1976, Lani Bogart fue recibida en plena comunión con la Iglesia católica con su esposo diácono, el Domingo de Gaudete de 1996. Recientemente se mudó de Phoenix a Houston, donde su familia le brinda una alegría inexpresable y continúa enseñándole la importancia de conocer y amar a Jesús. Lani se deleita con las flores, la música y las risas de familiares y amigos.