“Bendito el hombre que confía en el Señor y en Él pone su esperanza.” (Jeremías 17, 7)
Nunca fui a una escuela pública. Siempre estuve en escuelas católicas. Yo creo que muchos piensan que así los niños automáticamente van a crecer a ser buenos católicos - que la escuela va a aumentar su fe y fomentar su conocimiento del catolicismo. Pues, simplemente dicho… no siempre es así. A mi me gustó mucho aprender del catolicismo, esas clases eran de mis favoritas. Pero toda la enseñanza de la religión nos ayuda a crecer en la, pero no era suficiente para fomentar mi fe.
Cuando empecé el programa de LifeTeen, había algunos líderes en los que podía ver que había algo…una chispa, tal vez. Pero mucho más tarde, en el verano antes de mi último año de la universidad, conocí a mi esposo. Y en él vi algo más: no solamente una chispita, sino una llama de fuego en su corazón. Una llama de un fuego que solo viene de Jesús y de su Espíritu Santo.
De ahí conocí también a toda la comunidad hispana de nuestra parroquia. Y me abrieron los ojos a lo que es una fe profunda en Dios. La verdad es que casi no podía creerlo. Una mamá que pierde a su hijo, una esposa que pierde a su esposo, una joven que se quiebra las dos piernas, sin saber si va a poder caminar. Y ahí están el próximo domingo alabando a su Señor. ¿Cómo puede ser?
Pues ya saben quien es su Señor. Ya saben quien tiene control de todo.
Como dice en la primera lectura, “Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza, y aparta del Señor su corazón.”
Que no seamos así. Que no seamos como los ricos en el Evangelio que no creerían aun si resucitara un muerto. Que confiemos en el Señor siempre, sabiendo que Él tiene control de todo y abriendo nuestros corazones a Él para que trabaje siempre en nuestras vidas.
// Jacqueline Sevier es esposa, hija amada de Dios, y futura mamá. Vive en Tyrone, GA con su esposo y están esperando con mucha emoción a su primer bebe el año que viene. Aunque creció en escuelas católicas, no fue hasta finales de su tiempo en universidad que tuvo una conversión de corazón, y empezó a redirigir su vida hacia Dios. Es cantante y canta en el coro de su parroquia, donde conoció a su esposo. Ha aprendido mucho de la comunidad hispana de su parroquia, que apenas empezó a conocer cuando conoció a su esposo. En su tiempo libre, le gusta sentarse en un café tomándose un cafecito, cocinar con su esposo, comer tacos, y cantar (siempre).