Hoy escuchamos en el antiguo testamento sobre el pueblo de Israel, que le pidió a Samuel un rey para gobernar al pueblo, en consecuencia, rechazando al Señor como su Rey. En el Evangelio escuchamos la historia del paralítico y de los escribas que cuestionaron el poder y la autoridad de Jesús.
Estas dos lecturas me recuerdan tanto a mi. ¿Cuántas veces he dudado del poder de mi Dios? ¿Cuántas veces lo he negado como mi Rey? Si lo pienso bien, no soy tan diferente a toda esa gente en las lecturas de hoy. Me imagino que muchas de nosotras hemos tenido momentos así.
Pero piensa también, hermana, en las ocasiones cuando le has dicho al Señor: “¿Por qué me pasa esto a mi? ¿Por qué no me estás ayudando en esto? ¿Por qué no arregles mi vida pero las de los demás, si? La verdad, yo creo que muchas tenemos, o hemos tenido, momentos así. Es bueno decirle al Señor cómo te sientes, despojándote de todo y dándoselo a Él.
Pero que no se te olvide, hermana, que el Señor es todopoderoso. Sanó a un paralítico y le dijo: “Levántate, recoge tu camilla, y vete a tu casa.” Que vayas aprendiendo y creyendo con todo tu ser que el Señor te puede cambiar la vida - te va a cambiar la vida, el corazón. Puede ser que ya lo está haciendo, pero tal vez no lo puedes ver todavía.
Que no seamos como los de Israel renunciando al Señor como su rey. Que no seamos como los escribas dudando del Hijo de Dios. Cuando Dios es el Rey de nuestras vidas, todo es mejor. No nos promete que la vida va a ser siempre fácil. Pero nos ofrece felicidad, gozo, amor, y paz. Una vida así con Dios vale más de la comodidad que nos ofrece el mundo.
Que nunca te olvides, hermana, de la grandeza del Señor, de que te ama tanto y que te tiene tomada de la mano siempre. Nunca te va a dejar sola.
// Jacqueline Sevier es esposa, hija amada de Dios, y futura mamá. Vive en Tyrone, GA con su esposo y están esperando con mucha emoción a su primer bebe el año que viene. Aunque creció en escuelas católicas, no fue hasta finales de su tiempo en universidad que tuvo una conversión de corazón, y empezó a redirigir su vida hacia Dios. Es cantante y canta en el coro de su parroquia, donde conoció a su esposo. Ha aprendido mucho de la comunidad hispana de su parroquia, que apenas empezó a conocer cuando conoció a su esposo. En su tiempo libre, le gusta sentarse en un café tomándose un cafecito, cocinar con su esposo, comer tacos, y cantar (siempre).