"Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra” (Lucas 4, 24)
John se arrodilló frente a mí, y me pidió que fuera su esposa. Mi corazón saltó de alegría. Unas semanas después, cuando la emoción inicial se fue apagando, empecé a darme cuenta de lo que significaba casarme con un “gringo.” Ya no volvería a vivir en Latinoamérica. Mis hijos crecerían sin mi familia. Mi cultura y idioma siempre serán la minoría en este país. ¿Estaba dispuesta a dejar todo esto? Pero decidí casarme, y llevamos diez maravillosos años juntos. Pero ahora, al volver a mi país, ya no soy ni de aquí ni de allá, y vivo con un pie en los dos mundos, absolutamente sola, no importa a dónde vaya.
A veces pienso que nuestro caminar en la fe se parece un poco a esta experiencia. Caminamos con Jesús porque lo amamos, pero puede que poco a poco nos alejemos de los seres amados que nos criaron y empezamos a vivir con los pies caminando con Él, pero con un corazón que se quiere quedar atrás.
Hace unos años, estaba de visita con mi familia. Estaba tan emocionada de compartir con mis seres queridos todo lo que el Señor estaba haciendo en mi corazón. Ellos me conocían mejor que nadie e iban a comprender todo lo que estaba viviendo. Pero exactamente lo opuesto pasó. Mi familia se empezó a alarmar y a sentir agobiada con mis palabras y experiencias. De repente todos estaban gritando y discutiendo. Yo trataba de compartir mi alegría, pero ellos no la querían escuchar. Entonces me sentí tan sola y destrozada.
Hermana, tal vez tu sientas hoy que tus seres queridos no comprenden tu camino. Tal vez te sientas sola, despreciada, y como que no perteneces a ningún lugar del mundo. Si es asi, y te sientes lista, depronto te animas a rezar estas frases que tanto tocan mi alma:
Señor, hoy Te pido que nos des paz al caminar a Tu lado aunque nos sentamos tan lejos de aquellos que deseamos tener cerca.
“Del deseo de ser honrado, Líbrame Jesús,
Del deseo de ser aplaudido, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser aceptado, Líbrame Jesús
Del temor de ser humillado, Líbrame Jesús Del temor de ser despreciado, Librame Jesus.” (Versos de la Litania de Humildad)
Jesús, que sólo caminar a Tu lado sea suficiente para mí, aunque nadie lo entienda. Amén.
// Natalia DuTeau fue una joven rebelde a quien Jesús conquistó y le cambió la vida. Ahora es una maestra licenciada convertida en mamá “homeschooler” (escuela en casa). Junto a su esposo Americano, intentan criar a sus 4 hijos bilingües y biculturales transmitiendoles la cultura latina viviendo en el norte de GA. Puedes encontrarla hablando en español mientras hace caminatas por el bosque con sus niños, tomando café (después de todo es colombiana), leyéndole a sus pequeños, bailando, o cantando y tocando guitarra.