“No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más también, transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.” (Romanos 12, 2)
Nos estamos acercando al final del mes, y así de rápido tenemos once meses que quedan en el año 2024. ¿Hemos sembrado las semillas ya?
En nuestro Evangelio de hoy, leemos acerca de la parábola del sembrador. En el momento que leí esta lectura en voz alta, sentí el Espíritu Santo entrar en mi corazón al terminar las últimas palabras. Me quedé sentada y empecé a reflexionar. En primer lugar, los discípulos mismos no entendieron la parábola, y son los fieles estudiantes de Jesús. Hay veces que nosotras somos así: leemos nuestras biblias y escuchamos predicaciones, pero aún hay momentos en que no entendemos o no escuchamos lo que el Señor nos dice. No es por ignorancia, sino porque nuestra manera de interpretar parábolas o dichos puede variar cada una. Cada persona tiene una experiencia relacionada con tal parábola, y la toma a su manera.
Digo esto porque la parábola del sembrador se aplica mucho en mi vida. La familia de uno de mis padres está en guerra constantemente uno con el otro. Creciendo juntos, me pongo a pensar, “¿Cómo es que se sembró algo malo entre ellos?” Pero el Evangelio mismo dijo que cuando el sembrador salió a sembrar, las semillas cayeron en diferentes partes. O sea que todas las semillas están por propósito en caer. Cuando Jesús nos dice que los que reciben la semilla en terreno pedregoso, la reciben con alegría, pero cuando algo sucede se dan por vencidos. Al leer esta frase, me pregunté a mí misma: “¿Cómo es que Jesús supo de mi situación, si la biblia fue escrita miles de años atrás?”
Hermanas, Dios y Su divino Hijo nos han conocido desde el principio. Él es el dueño de nuestras vidas. Que sea su voluntad de Él lo que haremos en esta vida corta que nos fue regalada.
// Idalia tiene 23 años de vida y actualmente está en el servicio al Señor. Es catequista para los jóvenes de 12-13 años y le apasiona enseñar sobre la Iglesia. Es nacida en Canton, Georgia, y su origen es de Guatemala. En adición de inglés y español, también habla dialecto. Es mamá de un perico y pronto tendrá una gatita. Recientemente se graduó de la universidad de Kennesaw en Kennesaw, Georgia. Recibió su bachillerato en inglés, con una concentración en literatura y escritura. Su camino con el Señor empezó este año, durante el tiempo de la cuaresma. Le encanta leer y pasear en la naturaleza en su tiempo libre. Reside en Canton, Georgia con su familia.