“No se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir” (Lucas 12, 11-12)
“Saldremos los viernes con la cruz de la Jornada Mundial de Jóvenes a las calles de Roma, y haremos evangelización en las calles”, dijo el líder de la comunidad que nos explicaba el horario para ese año. Yo había decidido tomar ese año de receso en una comunidad en Roma para tener tiempo de rezar y aprender sobre mi fe, pero evangelizar, eso era cosa de fanáticos. Yo todavía no me sentía segura en mi fe, y hablarle a otros sobre ella me parecía ridículo. Yo era muy abierta, y quería respetar el punto de vista de todos, mi verdad no tenía que ser la verdad para todos. ¿Ir a las calles con una cruz gigante a proclamar mi fe? No, gracias.
El viernes llegó, y me agaché para alzar la enorme cruz de madera junto a otros jóvenes para cargarla hacia la plaza de San Pedro. Al bajar del monte, veía como muchos paraban a mirarnos. Entonces, alzamos la cruz en la plaza, y junto con mi compañero fuimos a hablarle a la primera persona que vimos. Un miedo y una vergüenza horribles me llenaban por dentro, pero hicimos una oración al Espíritu Santo y saludamos a la señora. Entonces comenzamos a hablar sobre por qué estábamos ahí, y pronto, la señora estaba llorando y quería que rezáramos con ella.
El sagrado corazón de Jesús desea que todos recibamos Su amor, y nos pide que llevemos ese mensaje de amor al mundo entero. A veces da muchísimo miedo faltarle al respeto a las creencias de otros, pero cuando le pedimos al Espíritu Santo que use nuestros labios para amar a los otros, Él puede hacerlo.
Señor, hoy te pido que nos llenes de esa valentía para ser soldadas para Ti y llevar Tu amor a todos los corazones del mundo, especialmente cuando sentimos que no podemos hacerlo.
// Natalia DuTeau fue una joven rebelde a quien Jesús conquistó y le cambió la vida. Ahora es una maestra licenciada convertida en mamá “homeschooler” (escuela en casa). Junto a su esposo Americano, intentan criar a sus 4 hijos bilingües y biculturales transmitiendoles la cultura latina viviendo en el norte de GA. Puedes encontrarla hablando en español mientras hace caminatas por el bosque con sus niños, tomando café (después de todo es colombiana), leyéndole a sus pequeños, bailando, o cantando y tocando guitarra.