Hoy la Iglesia celebra la Natividad de la Santísima Virgen María y el tema subyacente de las lecturas que nos brinda la Iglesia es simple: Dios cumple Sus promesas. Esa es una frase muy fácil de decir y recordar cuando todo está bien, o cuando una oración ha sido respondida de la manera que deseábamos, pero es un gran desafío tenerla en cuenta cuando sentimos que Dios no está escuchando o se ha olvidado de nosotras.
La respuesta en esos momentos se puede encontrar profundizando un poco más en las lecturas de hoy. La forma en que el Salvador del mundo vino al mundo fue a la vez esperada e inesperada. Jesús cumple las profecías del Antiguo Testamento, pero aún así nadie podría haber imaginado al mismo Dios nacido de esta sencilla joven de un pequeño pueblo en medio de la nada. Imagínese a los judíos fieles que durante siglos oraron por la venida del Mesías durante su vida y que tal vez se sintieron olvidados o no escuchados por Dios porque no sabían cuándo Dios cumpliría esta promesa.
Hermanas mías, ¿qué nos ha prometido Dios? Ha prometido que nunca nos dejará, que es nuestro Padre que quiere lo mejor para nosotras, que “todo contribuye para bien de los que aman a Dios” (Romanos 8, 28). Él será fiel a Su palabra.
Al igual que con la sorpresa de elegir a la Santísima Virgen, la forma en que Él cumple estas promesas puede parecer muy diferente de lo que esperamos, pero eso es parte de la aventura de la confianza.
Madre Santísima, en esta fiesta de tu natividad, ora para que esperemos las promesas de Dios con una esperanza expectante y cuando la desesperación y la tristeza amenacen con apoderarse de nuestra paz interior, pídele al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza de confiar como tú.
// Christy Vaissade creció en Brooklyn, Nueva York, hija de padres inmigrantes de la República Dominicana. Ha sido el deseo personal de Christy traer a otros a conocer la misericordia y el amor de Dios que ha cambiado y está cambiando su vida desde la joven edad de trece años. Christy es maestra de teología de secundaria, catequista, y cantora en su parroquia local. Ella y su esposo, Michael, viven en Nueva Jersey con su cachorro Pembroke Welsh Corgi, Daisy. Le encanta cocinar, ir al gimnasio, y pasar tiempo con sus sobrinos y ahijados.