El dinero es interesante porque hoy en día todo el mundo tiene una relación con él independientemente de su estado de vida. Por ejemplo, si trabajas normalmente es para que puedas recibir dinero al final del mes. Si eres misionera o parte de una orden religiosa, dependes de las donaciones financieras de otros para poder cubrir ciertas necesidades. Algunas tenemos relaciones con el dinero directamente y otras reciben dinero por intermediarios.
Podemos pensar, “Yo no tengo problema con el dinero porque no lo manejo o porque no lo tengo”, pero en el Evangelio de hoy el Señor nos reta a ver nuestra relación con el dinero más profundamente diciendo, “Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres; pero Dios conoce sus corazones” (Luke 15, 16).
Jesús nos pregunta, “Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes?” (Lucas 16, 11) Cuando ayunamos, Jesús no está buscando específicamente cambiar nuestros hábitos alimenticios ni nuestra relación con la comida, sino nuestro corazones y la relación con Él. Igual funciona con el dinero.
Cuando leo este Evangelio, Jesús me hace reflexionar en cómo yo he tratado los regalos materiales que me ha dado. ¿Soy buen administrador de los bienes (los cuales no me pertenecen) o los veo como si fueran mi derecho porque fueron fruto de mi trabajo? ¿Confío en mi administración y que Él es la fuente o tengo miedo de que mañana no tenga suficiente?
Hermana, te invito a quedarte en oración con este Evangelio y traer todas las ansiedades a Jesús, el mejor administrador. No podemos vivir en completa libertad y amor con el Señor si no le entregamos todas las partes de nuestra vida; y eso incluye la financiera. Quizás es una oportunidad que el Espíritu Santo quiere resaltar para trabajar ciertas virtudes (disciplina, confianza, generosidad etc.). Como siempre, Jesús ve lo más profundo de nuestro corazón y usa todo para que nos acerquemos a Su Amor Divino- incluyendo nuestra relación con el dinero.
// Joanna nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. Próximamente, va a servir como misionera con NET Ireland. Para apoyarla en la misión haz click aquí (https://www.netministries.ie/missionaries/joanna-valencia).