‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron'. (Mateo 25, 40)
Hoy celebramos la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. Cuando pienso en este título, pienso en la grandeza y gloria que tiene Jesús en el cielo. Me imagino a todos los ángeles cantando alabanzas y toda la creación dándole gloria. En mi mente me imagino a un Rey en su trono y al otro lado el pueblo. Veo lo magnificente que es pero también, sin querer, me veo a mí y a mis hermanos al otro lado, separados de ese Rey tan glorioso. Sin embargo, la iglesia hoy nos ayuda a ver la imagen completa de nuestro Rey Jesucristo.
En el Evangelio de hoy Jesús cuenta cómo será su gloria cuando las naciones se congreguen alrededor de Él, pero también revela parte de su corazón que muchas veces olvidamos. Jesús es el Rey que nos quiere tanto que se convierte en hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo y encarcelado por amor a nosotras. Cuando le dicen que nunca se dieron cuenta que el rey estaba en esa posición, Él nos garantiza que sí lo estuvo. ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.” (Mateo 25, 40)
El mismo Jesús que se sienta en el trono también es el Jesús quien se ha bajado del trono. Él nos dice: "Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas… Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré.’(Ezekiel 34, 11-12. 15-17) Nuestro Rey no es uno quien ordena a otros a ayudarnos, sino que Él mismo nos salva.
Hermana, en esta solemnidad te invito a reflexionar en la grandeza de Jesús y a la misma vez meditar en su humildad y en el amor que tiene por cada una de nosotras. Un amor que no lo deja sentado en el trono mientras sufrimos. Nuestro Rey es el Rey del universo pero también el más humilde del universo.
// Joanna nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. Próximamente, va a servir como misionera con NET Ireland. Para apoyarla en la misión haz click aquí (https://www.netministries.ie/missionaries/joanna-valencia).